Al cabo de 24 horas dominadas por las especulaciones en torno a la condición física de Rodrigo De Paul, Lionel Scaloni se dio con el gusto de alinearlo durante toda la práctica de la Selección. Una forma de responderles a quienes afirmaban que De Paul había sufrido un desgarro. Pero también es cierto que no está de 10 puntos; de hecho, empleó una protección en la pierna derecha, ya que padece molestias en el isquiotibial. El más comprometido entonces con miras al duelo con Países Bajos es Ángel Di María, cuya titularidad sigue en duda. Formó parte del equipo en el inicio del entrenamiento, el último antes del partido, pero luego salió y el DT ensayó varias alternativas. De acuerdo con lo visto durante la semana, hay dos planes en marcha para afrontar los cuartos de final.
Plan “A”: con Di María en la ofensiva. Esto mantiene los cuatro en el fondo, mientras el trío de media cancha quedaría conformado por De Paul-Alexis Mac Allister-Enzo Fernández. Arriba, “Fideo”, Lionel Messi y Julián Álvarez.
Plan “B”: sin Di María en el ataque. Esto le abre a Scaloni la puerta para ensayar un esquema que parece gustarle mucho y es la línea de cinco defensores, con la inclusión de Lisandro Martínez junto a Cristian “Cuti” Romero y Nicolás Otamendi. Así se sueltan un poco más los laterales y se abren espacios para Messi y Julián.
¿Qué sucedería si De Paul finalmente no está en condiciones de jugar? Quedaría allanado el camino para el regreso al equipo de Leandro Paredes, armando el trío de volantes con Enzo y con Mac Allister. En cuanto a los laterales, durante los entrenamientos semanales los elegidos fueron Gonzalo Montiel y Nicolás Tagliafico, en detrimento de Molina y de Acuña. Esto habla de la inquietud que le genera a Scaloni la tendencia de Países Bajos de atacar abriendo bien la cancha. De allí la preferencia por dos jugadores aplicados para la marca.
“No vamos a cambiar nuestra manera de jugar”, subraya el DT argentino. Una apuesta por la posesión, la presión sobre la salida del rival y la vocación ofensiva. Claro que hasta aquí, los cuatro rivales que enfrentaron a la Selección plantearon juegos cerrados. Esta vez puede verse un escenario distinto, porque Países Bajos no es un equipo que se abroquele atrás ni apele sólo al contragolpe. ¿Cuáles son las claves de su funcionamiento?
1) El orden que establece el enorme Virgil van Dijk en la línea de cinco que comanda. Son muy difíciles de vulnerar en el juego aéreo, al que también le sacan el jugo en ataque. Defienden bien en el mano a mano, aunque han mostrado grietas cuando les mueven la pelota de lado a lado hasta encontrar el pase vertical, como muy bien sabe hacer la Selección,
2) Las trepadas de Dumfries y de Blind por los laterales, casi a la manera brasileña. Son los hombres que abren las defensas rivales. Dumfries fue la figura de la cancha en octavos, contra Estados Unidos. Si se les dan facilidades y espacios es casi un suicidio futbolero.
3) El ida y vuelta de Frankie De Jong en la mitad de la cancha, motor y termómetro del equipo. Quitarle ritmo y preocuparlo es fundamental.
4) Todo lo que genera Memphis Depay, tanto asistiendo como pisando el área y definiendo. La consigna es no dejarlo recibir cómodo la pelota, porque una vez lanzado la tentación es abusar del foul para frenarlo. Y, por sobre todo, mantenerlo lejos del área. Su compadre en esos menesteres es Davy Klaasen, muy bueno para un jugar a un toque y en velocidad.
5) Cody Gakpo es potente y gran definidor, pero también bien dotado técnicamente. El hombre a controlar por Romero y por Otamendi. Está visto que con espacio en el área suele ser letal.
6) ¿Cómo marcarán a Messi? Louis van Gaal anticipó que harán un trabajo especial para contenerlo. Puede que le destine esa misión a Marten de Roon. Como siempre, será fundamental que el 10 cuente con la mayor cantidad posible de opciones de pase para ir desarmando ese asedio.
Como es habitual, las variables de un partido pueden hacer polvo las conjeturas a partir de una solitaria y decisiva jugada. Todo lo que estén elucubrando Scaloni y Van Gaal, a partir de estas y otras mil suposiciones, corren el riesgo de seguir ese camino. Es lo que hace tan apasionante al fútbol: el análisis de la previa y la realidad de lo que viene después.